Publicado en enero 6 de 2015
En línea con las expectativas del mercado, la inflación anualizada en Colombia para 2014 se situó en 3.66%, 176pb por encima de la registrada en 2013 y cerca del límite superior establecido por el Banco de la República de Colombia (4%), lo cual deja entrever presiones inflacionarias que seguramente deberán ser controladas mediante política monetaria, sin embargo cabe resaltar que la mayor variación positiva se registró en alimentos, un grupo que se encuentra por fuera de buena parte de las medidas de inflación básica.
Las tendencias inflacionarias son las típicas de una economía que afecta con mayor fuerza a los ingresos más bajos por cuanto los bienes básicos de naturaleza inelástica frente al precio presentaron fuertes variaciones alcistas que se hacen sentir en una menor presión sobre los bienes con mayores niveles de elasticidad como los aparatos para diversión y esparcimiento que presentaron descensos de precio de 3.16%, en gran parte por las tendencias revaluacionistas del peso colombiano frente al dólar de los Estados Unidos en los tres primeros trimestres del año. En síntesis, la variación anual del IPC para ingresos bajos fue de 3.78%, en tanto que para los medios se ubicó en 3.68% y para los altos en 3.32%. En este punto es importante considerar que el incremento del salario mínimo en Colombia, devengado por supuesto por los niveles de ingresos bajos, apenas estuvo 82 puntos básicos por encima de la inflación causada en el año.
La evaluación por grupos de gasto indica que los grupos de alimentos (incremento del 4.69%), educación (4.12%) y vivienda (3.69%), que representan el 64.04% del gasto medio de los colombianos registraron variaciones por encima del promedio nacional (3.66%), mientras que las menores variaciones se dieron en vestuario (1.49%), otros gastos (2.21%), y comunicaciones (2.30%).
Así las cosas el panorama inflacionario para el presente año genera mantos de incertidumbre sobre la economía; si bien la dinámica de los precios internacionales del petróleo puede favorecer en parte la tendencia, por su efecto favorable sobre los costos de transporte y de las materias primas derivadas del crudo, no resulta menos cierto que la amenaza de los fenómenos climáticos adversos hará que los alimentos continúen con severas presiones alcistas y, por otro lado, la escalada en la tasa de cambio USD/COP terminará por impactar severamente los precios finales de los bienes transables de importación, razón por la cual los empresarios en Colombia deberán estar atentos a la dinámica del consumo interno por cuanto este se hará con ingresos que perderán rápidamente su poder adquisitivo, en especial en los sectores de ingresos medios y bajos e incluso el sistema financiero deberá prestar especial atención a la conservación de la calidad de su cartera, dada la tendencia a cubrir primero los gastos básicos y destinar solo el excedente a solventar el pago de obligaciones financieras.
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