Publicado en noviembre 25 de 2014
Mucho se ha hablado acerca de la desventaja competitiva que representa para Colombia el no contar con las autopistas que permitan el movimiento eficiente de tracto-camiones desde y hacia los puertos y además, integrando la compleja topografía del país, llevando mercancías de todo tipo desde los centros de producción hacia los centros de consumo. Sin embargo si integramos algunas piezas del rompecabezas económico del país, nos encontramos con una nueva visión que puede aportar al debate.
La revisión de los acuerdos comerciales indica que los 13 que Colombia tiene vigentes en la actualidad, generan un marco normativo de conexión con 59 países y los que se encuentran ya suscritos y en proceso de negociación le permitirían nuevos relacionamientos con casi igual número de naciones. De alguna forma esa es una señal clara de cómo el país quiere desarrollarse a partir del aprovechamiento de la dinámica y capacidad de abastecimiento y compra de los mercados foráneos, pero para ello ¿Qué se requiere?
En primer lugar la visión busca que Colombia sea un país capaz de aprovisionar estos mercados con bienes que se salgan de la categoría de commodities y que, de alguna manera, no queden tan expuestos a la volatilidad de precios como lo están este tipo de productos y que, por supuesto, proporcionen mejores márgenes. Para lograr este propósito hay que mejorar la eficiencia en la cadena de abastecimiento y en la de distribución y una forma de apoyar este proceso es generando las condiciones para que ni las materias primas provenientes del exterior ni los productos finales y/o bienes intermedios con destino a los mercados globales queden expuestos a largos tiempos de espera ni a los costosos transportes desde las Costas hasta los centros urbanos en el interior del país y desde allí de nuevo hasta las Costas.
En segundo lugar cabría preguntarse ¿Por qué si los medios de transporte más baratos son el fluvial y el férreo, no se priorizan estos desarrollos y sí el de las carreteras?
En tercer lugar, de acuerdo con el más reciente reporte de competitividad publicado por el Foro Económico Mundial de Davos, Colombia ocupa el puesto 90 en calidad de infraestructura portuaria, razón por la cual este es un tema por sí solo de altísima prioridad, porque que alguna manera estamos demostrando la incapacidad de transformar la ventaja absoluta de contar con dos océanos, en una real ventaja competitiva.
Por último, ¿Cuál sería la posibilidad de mover las empresas a zonas cercanas a puertos y centros multimodales de transporte que minimicen costos? Aunque costoso en muchos sentidos un programa de relocalización empresarial generaría grandes beneficios al país en el mediano y largo plazo.
Queda abierto un debate que incorpora grandes transformaciones en el qué hacer de la planeación del desarrollo.
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