Salario mínimo en Colombia. Una apuesta al empleo con baja calidad de vida

Dejando por fuera las implicaciones alrededor de lo que podría ser un aumento del IVA en caso tal que Gobierno y Congreso acepten las recomendaciones de la comisión de expertos, los impactos esperables sobre el precio de los alimentos, resultantes de un verano que aún puede durar tres meses más, y la exposición a la volatilidad del dólar que continuará afectando los precios de los importados, el gobierno colombiano decretó un aumento del 7% en el salario mínimo legal mensual vigente para los colombianos, cifra equivalente a 45.105 pesos con lo cual la nueva compensación mínima será de $689.455, todo ello en medio de un escenario en el que la inflación año corrido para los ingresos bajos con corte a noviembre alcanza 6.49% con lo cual este aumento podría quedarse corto para compensar a la pérdida de poder adquisitivo que se acumulará a diciembre, de hecho en ciudades como Manizales, Sincelejo, Barranquilla, Montería, Neiva, Cartagena, Armenia, Riohacha y Florencia la inflación para estratos bajos a noviembre se encontraba ya por encima del 7% en tanto que en las restantes con excepción de Medellín, Cúcuta y Tunja ya superaba el 6%.

Como un hecho adicional el incremento del subsidio de transporte, que se espera sea del 5% no compensará en algunos casos las alzas en las tarifas, Tal es el caso de la ciudad de Medellín en donde el alza en el bus urbano alcanzó el 5.56%, para los microbuses fue de 5.26% y para el Metro hasta de 7.5%, Esta insuficiencia en el incremento del subsidio de transporte tendrá que ser suplida con el salario, ya de por si corto para garantizar la dinámica del consumo para el próximo año.

Con los antecedentes expuestos los efectos sobre el crecimiento económico y la calidad de vida de los colombianos no se harán esperar, en tanto que las posibilidades de compensar todo ese esfuerzo con un nivel de empleo de calidad no parecen tan claros.