Pese al claro mensaje emitido por la Junta Directiva del Banco de la República en relación con la dirección que debería adoptar el crédito de consumo en Colombia, los intermediarios financieros aún mantienen cierta rigidez en el costo al cual están dispuestos a colocar los recursos de crédito de consumo y ordinario en el mercado. Así se deduce de al certificación de la tasa de usura, por parte de la Superintendencia Financiera de Colombia para el trimestre abril - junio de 2017, el cual permaneció prácticamente inamovible, demostrando que el rezago existente entre las señales de la Banca Central y las decisiones de los intermediarios es aún significativamente grande, aplazando con ello los beneficios de la expansión de la producción vía demanda interna, en medio de un ambiente de inflación que aún genera margen para ello y mostrando la poca flexibilidad de unas tasas de interés reales que aún se ubican en un segmento alto en relación con las previsiones de la variación del IPC para el presente año.
Con los precios del petróleo cayendo en la jornada, desde los máximos registrados en octubre nueve en USD54.05 (Brent Oil); a escala global el DÓLAR de los EEUU permanece casi estático, registrando un leve descenso de 0.06% hasta un cierre en USD94.78 en medio de una operación relativamente tranquila, impulsado por declaraciones de integrantes de la FED que alejan la posibilidad de ajustes en la tasa de interés a la que se irrigan fondos federales al sistema financiero durante el presente año, lo cual contribuye a disminuir la presión de demanda sobre la moneda norteamericana, reforzando la percepción del mercado luego de que fueran dadas a conocer las minutas de su última reunión. Entre tanto en Colombia, respondiendo más a factores internos y en medio de un alto volumen negociado los máximos se ubicaron $49 por encima y los mínimos $57.65 por debajo en relación con la jornada previa con una volatilidad entre los dos precios de $31 y un promedio de $2.911.10, es decir $55.36 por
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