Publicado en noviembre 21 de 2014
Las recientes declaraciones del Banco Central Europeo reforzando su compromiso de impulsar la inflación rápidamente, han hecho reaccionar los mercados globales de manera interesante, especialmente porque la noticia se da simultáneamente con la información proveniente de China según la cual el People´s Bank of China (PBOC, que actúa como Banco Central), recortó su tasa benchmark por primera vez desde 2012 en 40 pb, buscando impulsar la demanda interna y estimular el crecimiento económico.
Vale la pena entoces retornar al caso europeo y preguntarnos ¿por qué mientras algunos países luchan contra la inflación, Europa quiere tenerla? En realidad la situación es simple, una deflación - caso contrario a la inflación en el cual se presenta un descenso general y sostenido en el nivel de precios), es una señal de sobre-abastecimiento del mercado, es decir, de que la capacidad de compra es insuficiente frente a los volúmenes de bienes tangibles e intangibles disponibles. Esa señal de mercado es percibida rápidamente por los productores por la vía del precio y, rápidamente, ajustan su oferta (reduciendo su producción), para estar acorde con las nuevas condiciones. En este proceso es fácil deducir que los recortes en la producción se hacen vía reducción de personal ocupado, lo que a su vez desemboca en nuevas disminuciones en la capacidad de compra. Con ello el ciclo negativo se reinicia y el resultado final, en caso de no haber intervención efectiva por parte de las autoridades, no es otro que el de una recesión económica acompañada de un alto paro laboral. En este sentido, Europa ya ha presentado síntomas deflacionarios y, cone llo actividades como el comercio exterior y los flujos de inversiones se ven severamente afectadas.
La promesa de intervención decidida por el ECB (European Central Bank), ha sido recibida de manera optimista por los mercados bursátiles que cotizaron al alza de manera inmediata impulsados pro la decisión, no obstante, los resultados de las políticas solo serán visibles en el mediano plazo, mientras tanto el monitoreo permanente de la situación y la revisión de las estrategias locales e internacionales, es una responsabilidad de los empresarios, gobiernos y analistas, para evitar impactos negativos.
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