Pese al claro mensaje emitido por la Junta Directiva del Banco de la República en relación con la dirección que debería adoptar el crédito de consumo en Colombia, los intermediarios financieros aún mantienen cierta rigidez en el costo al cual están dispuestos a colocar los recursos de crédito de consumo y ordinario en el mercado. Así se deduce de al certificación de la tasa de usura, por parte de la Superintendencia Financiera de Colombia para el trimestre abril - junio de 2017, el cual permaneció prácticamente inamovible, demostrando que el rezago existente entre las señales de la Banca Central y las decisiones de los intermediarios es aún significativamente grande, aplazando con ello los beneficios de la expansión de la producción vía demanda interna, en medio de un ambiente de inflación que aún genera margen para ello y mostrando la poca flexibilidad de unas tasas de interés reales que aún se ubican en un segmento alto en relación con las previsiones de la variación del IPC para
Información económica y financiera de interés